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Los Comedores hacen frente a la inflación

Los precios de los alimentos se incrementan y el presupuesto es insuficiente. Los administradores deben recurrir a donaciones y a otras actividades para recaudar dinero.

La inflación continúa afectando a los comedores infantiles y comunitarios.
En mayo, EL SIGLO recorrió algunos comedores y se comprobó que había aumentado la cantidad de asistentes pero no así el presupuesto del que disponían estas instituciones para adquirir los alimentos. Actualmente, la situación no ha mejorado.
Los precios siguen subiendo, y quienes administran los comedores deben recurrir a donaciones y otras actividades para recaudar dinero, como bingos o loterías.
Ramón Díaz, presidente del Centro de Desarrollo Comunitario Nube de Colores, contó que se mantiene la misma cantidad de asistentes, que se habían incrementado notoriamente en mayo.
Según Díaz, el mayor problema es el aumento en el costo de los productos. "Por el precio de la carne tuvimos que reemplazar los asados por guisos", comentó, y dijo que en vez de dos postres ahora se entrega solamente uno.

No alcanza

El coordinador en Tucumán de la Corriente Clasista y Combativa, Rubén Porta, contó que hace un año dejaron de funcionar los comedores comunitarios que administraba el movimiento. Según explicó, se hizo imposible sostenerlos por una cuestión económica. "Es parte de un incremento generalizado de la pobreza", expresó.
Sin embargo, Porta aclaró que aún continúan funcionando cinco merenderos en distintos barrios de la Capital en los que se alimenta a los niños que viven en la pobreza con mate cocido, pan y roscas. "Notamos un incremento en la asistencia, y el problema es que contamos con un presupuesto muy bajo. No recibimos nada del gobierno, así que tenemos que amasar nuestro propio pan o recibir donaciones", señaló.
Por su parte, el coordinador provincial de Barrios de Pie, Gastón Gómez, coincidió con los demás entrevistados en afirmar que en los últimos meses hubo un aumento en la concurrencia a los comedores que tiene a su cargo el movimiento.
"Se trata de una consecuencia de la inflación, que afectó al salario y al poder adquisitivo de la gente", dijo el dirigente, quien reconoció que el presupuesto para alimentar a cada chico, por día, "es de 1, 20 peso". Un monto que no ha variado en los últimos meses, a pesar de los aumentos de precios, y que ya no alcanza.
El movimiento Barrios de Pie posee, repartidos en toda la provincia, 60 merenderos y 15 comedores, cinco de los cuales forman parte del Programa Nacional de Alimentación Complementaria (PNAC).
"Contamos con ayuda de la Nación y de la Provincia, pero se dispararon los precios y se hace muy difícil sostener los comedores, así que tenemos que organizar rifas y loterías o pedir donaciones, por ejemplo, a carnicerías", afirmó Gómez, y dijo que siempre se realizaron actividades de este tipo cuando los aportes del Estado "se demoraron". "El hambre no puede esperar", explicó el dirigente.
La mayoría de los asistentes a los comedores de ese movimiento son niños, pero si las posibilidades financieras lo permiten, también se alimenta a discapacitados o ancianos carenciados, según contó Gómez.
Además, aseguró que se trata de mantener los valores nutricionales en las comidas, a pesar del increnento en el precio de los alimentos. "La inflación es una realidad. La situación es más crítica que hace unos meses atrás. Es un problema que debe resolver el gobierno. Tiene que haber una política efectiva de suba de salarios", añadió Gómez.